lunes, 13 de octubre de 2008

Pim pam pum

Tengo esto muy abandonado. La verdad es que últimamente no me ocurre nada nuevo digno de ser comentado, sin abundar en temas anteriores: precariedad laboral, manipulación informativa, etc. Pero hoy me ha ocurrido algo diferente, algo que ya me parece el colmo. A lo mejor exagero, sí, pero me ha sorprendido.
Hoy se han manifestado a las puertas del Banco de España ahorradores afectados por la crisis económica, se han volatilizado sus inversiones. El Banco de España está en la plaza Cibeles y la acera delante de la fachada es muy estrecha, con lo que caminar hoy era muy difícil por ahí entre manifestantes y medios de comunicación. Y aquí es donde entro yo: estaba grabando un plano y noto que me empujan el objetivo de la cámara hacia arriba. Era un viandante, un chaval de unos 25 años, que me mira con desprecio, hace un gesto resoplando y sigue. Yo camino detrás de él, llamándole. Le pregunto si le parece normal lo que ha hecho, por qué me levanta el objetivo. Él me contesta que casi se da con él. Le respondo que si va despistado y se asusta al ver el gran agular no es mi culpa, pero que por favor no me dé en la cámara. Finalmente el chaval me pide perdón, que yo acepto automáticamente, no pasa nada. Pero me he dado cuenta que cualquiera, repito, cualquier persona tiene derecho a darte en la cámara, en el hombro, insultarte o lo que quiera. Hasta ahora eran manifestantes los que me habían increpado, pero en una concentración de cien personas (muy amables todas ellas, por cierto) que alguien que pasa por ahí te dé me parece ya el colmo. Por eso nos estamos convirtiendo en el pim pam pum de cualquiera.